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  • Foto del escritorAlvaro H. Muñoz M.

¿Estás viendo el lado positivo?



Esta mañana me llamó una persona a quien aprecio bastante; estuvimos conversando un rato sobre cómo va la vida, los negocios, la familia, ya sabes, lo normal…


En varias ocasiones le he acompañado en su conversación, sobre cómo lidia frecuentemente con sus desafíos de familia, negocio, de vida, y de cómo sus desafíos van y vienen recurrentemente en su vida, de la frustración que siente por no estar avanzando, y de muchas cosas más, pero hoy particularmente me llamó la atención que cierra la conversación diciendo algo así como: “muchas cosas que manejar, pero seguimos viéndole el lado positivo”.


Yo ya le he oído esta expresión en varias oportunidades, pero hoy fue diferente porque escuché algo más detrás de eso y de pronto me descubrí cuestionando… “¿el lado positivo?” ...


Siiii… ya sé que nos han enseñado a verle el lado positivo a las cosas, y que al mal tiempo buena cara y todo eso, pero por alguna razón en ese momento me encontré preguntándome:


¿qué creamos cuando le buscamos el "lado positivo" a las situaciones?


Y, ¿Qué tal si encontrarle un “lado positivo” a los desafíos es una manera de no manejarlos?


Te hago ahora las mismas pregunta a ti…


No se tú, pero la respuesta que yo encontré es: ESTANCAMIENTO


Si nos dedicamos a buscarle el lado positivo a la falta de dinero, a la pandemia, a las discusiones con la pareja, ¿que crees que pasará en tu interior?, pues que una parte de tu mente asumirá que eso tiene un lado agradable, bondadoso o positivo, no querrá moverse y seguirá creando las mismas dinámicas para seguir obteniendo los mismos beneficios… ¿Qué tal eso?


Existe algo que se llaman ganancias ocultas y es que a veces creamos situaciones que aparentemente (superficialmente) son muy desagradables pero que en el fondo nos traen un beneficio, ganancia o tienen un “lado positivo” y como obtenemos algún tipo de beneficio de ello no estamos dispuestos a perderlo.


Me explico mejor: seguramente habrás escuchado a algunas personas decir que las reconciliaciones son la mejor parte de una discusión; si bien es cierto que siempre es agradable y deseable tener la experiencia de sentirnos acogidos, comprendidos, perdonados, escuchados, etc. y poder volver a un estado deseado, no tenemos que crear escenarios de discusión, frustración o agravio para poderlo experimentar. Es decir, quienes tienen esta creencia, tenderán a generar, propiciar o participar inconscientemente en dinámicas para crear discusiones y así poder tener más reconciliaciones.


¿ves la dinámica perversa de este ejercicio?


Creo malestar para poder experimentar algo que juzgo como positivo…


¿Qué tal si no tenemos que caer en una dinámica perversa para poder experimentar placer, gozo o felicidad?


¿Qué tal si vamos al objetivo directamente y nos ahorramos el camino doloroso?


Y la pregunta que tal vez te surja, seguramente pueda ser ¿y cómo?


Pues te propongo el siguiente ejercicio:


Es importante que realices este ejercicio a mano, pues la escritura manual es una forma poderosa y muy efectiva de comunicarse con el subconsciente.


Toma una hoja de papel, traza una línea vertical por la mitad para que queden dos columnas; la columna de la izquierda se llamará “situación” y la de la derecha será el “lado positivo”.


A continuación, comenzarás a llenar la columna de la izquierda hacia abajo con todas las situaciones, dificultades o problemas que estás teniendo o queriendo manejar; no las pongas muy seguidas y deja un buen espacio entre ellas.


Posteriormente, llenarás la columna de la derecha con todo los “lados positivos” de cada situación, una por una. Es decir, todos los lados positivos del tema 1 y luego todos los lados positivos del tema 2 y así sucesivamente.


La clave es que hagas este ejercicio, SIN PENSAR y sin parar; es decir, escribe lo primero que se te ocurra, no importa lo que salga de tu puño y letra (eso es lo interesante).


Después de que hayas completado tu lista, identifica los puntos en común en tu columna de la derecha: subraya o resalta con el mismo color tantas veces como el aspecto positivo se repita.


Por ejemplo:


Si pusiste que no estás consiguiendo trabajo, y que los “lados positivos” de eso son: que puedes pasar mas tiempo con tu familia, que puedes hacer ejercicio, que puedes ver tus series favoritas, que ya no tienes que madrugar, etc. Quizá uno o varios de estos elementos se repitan mas abajo; usa el mismo resaltador para marcar el mismo elemento.


Luego, cuenta cuántas veces se repite el mismo elemento “positivo” para las diferentes situaciones y organízalos de mayor a menor en otra hoja.


El resultado que obtendrás es una lista de lo que yo llamo tus verdaderas necesidades, prioridades y objetivos.


Volviendo por un momento a la conversación de esta mañana, te quiero contar que cuando le hice a esta persona la pregunta de qué crea con encontrarle el lado positivo a sus dinámicas, se quedó en silencio por un rato… probablemente tu también te quedes en silencio o te sorprendas con tus resultados; y aquí te quiero recordar que darse cuenta está muy bien, pero no es suficiente; hay que hacer algo para cambiar las cosas.


El último paso es el más importante: teniendo claras tus verdaderas prioridades, vas a ponerte en acción; es decir vas a encontrar formas de experimentar el placer, pero sin pasar por el dolor.


Por ejemplo, si te das cuenta de que estás creando discusiones con tu pareja para poder sentir el placer de la reconciliación, ¿de qué otras formas puedes experimentar lo mismo, sin tener que generar una discusión?


Si te das cuenta de que no estás encontrando trabajo para poder pasar más tiempo con tu familia, ¿que otras vías puedes encontrar para pasar tiempo con tu familia, y a la vez tener un trabajo o negocio que te permita tener más balance en tu vida?


Si notas que no estás avanzando en un proyecto para poder ver mas series, ¿Podrías ponerte una cuota de horas de proyecto y una recompensa en horas de series si cumples tu cuota de horas de proyecto?


Creo que, con este ejercicio podríamos romper la dinámica perversa de estancarnos encontrándole el "lado positivo" a las situaciones de nuestra vida y pasar a la acción proactiva moviéndonos hacia lo que de verdad queremos hacer, sin fricción.


¿Te animas?


Si haces tu ejercicio y aún no encuentras claridad o respuestas, estaré aquí para ti.


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